PANDEMIAS Y PESTES

2021-02-09-10:36:01 348

En la antigüedad, en la Edad Media y aún en la época contemporánea al sitiar un ejército una ciudad o fortaleza o al acosar al ejército contrario en campaña o a una flota de guerra se acudía a cuantos métodos cupiera imaginar, algunos terribles: cegar las fuentes de agua con cadáveres de personas y animales, ojalá muertos por la peste, usar las catapultas para arrojar cuerpos infectados o materias fecales dentro del recinto de los enemigos.

La plaga de Atenas ayudó a los espartanos a vencer en la guerra del Peloponeso, llevándose de paso al gran Pericles y con él a su siglo. Los cartagineses sitiando Siracusa en el año 396 a. c. sintieron el ramalazo de la peste. La epidemia Antonina entre los años 165 y 180 fue llevada por los soldados romanos que participaron en la guerra contra los partos y ante la cual dijo Marco Aurelio, tan sabio, que “incluso la peste que le rodeaba era menos letal que la falsedad...”. La peste Cipriana debilitó de tal modo a los ejércitos que la guerra pasó a un segundo plano. En la península de Crimea, Caffa estaba bajo asedio de los mongoles, fue en las filas de éstos que se manifestó la enfermedad, ante la cual huyeron los mercaderes genoveses propagándola en distintas direcciones. La Mortandad Grande hizo sentir su fatal influjo en la guerra en Castilla entre 1350 y 1369 ¡Del hambre, la guerra y la peste, libranos, Señor! La peste negra hacia finales del siglo XIV mató a la tercera parte de la población de Europa. Los españoles trajeron a América la viruela que mató millones de indígenas, más que la guerra. Durante la peste de Londres en 1655 la flota inglesa no fue afectada por la peste y continuó combatiendo a los holandeses, lo cual fue tomado por una señal divina.

 Ayudaba mucho a la dupla guerra-peste la pavorosa suciedad de las ciudades, sin alcantarillados, sin acueductos, rebosantes de muladares, con la basura amontonada frente a las casas, con el arroyo que discurría por la mitad de las calles y la proverbial advertencia, “¡Van aguas!” que las criadas gritaban cuando arrojaban el contenido de las micas al arroyo sin importarle a quien cayera su contenido. Las ciudades estaban hechas para la peste, así como los ejércitos, que durante mucho tiempo ni siquiera hicieron letrinas, aunque los romanos sí que las construían, de manera que, en general, los generales temían más al cólera que a la cólera de sus enemigos. Las pestes se propagaban por las pulgas de las ratas que transmitían la bacteria Yersinia pestis, el cólera también es de origen bacteriano, el coronavirus es un grupo de virus que causan enfermedades que van desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como neumonía, síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y síndrome respiratorio agudo grave (SARS). Cabe destacar que la cepa de coronavirus (2019-nCoV) que ha causado el brote en China es nueva y no se conocía.

En muchas ocasiones fue una bendición el incendio de las ciudades ¿Cuántas veces ardió Paris? Londres fue arrasado por un incendio purificador en 1666, años después de la peste. Moscú en 1812 ardió por los cuatro extremos hasta el punto casi de chamuscar a Napoleón y sus mariscales. Y la reedificación desde los cimientos de las ciudades dio ocasión para la construcción de alcantarillados, tan apreciados que Víctor Hugo en los Miserables nos dejó una admirable reseña del de París siendo transitado por Jan Valjan llevando sobre su fornida espalda a Mario.

La peste y la guerra han sido dos horridas criaturas que laboran de consuno para perdición de la humanidad, que sufrió las consecuencias de la destrucción de fortalezas, flotas y ejércitos. Esa monstruosa hermandad en la época presente ha sido industrializada. Durante la Primera Guerra Mundial las trincheras fueron invadidas de gas lacrimógeno, cloro, mostaza, fosgeno lanzados por ambos bandos. En Corea Estados Unidos bombardeó con agentes biológicos y en Vietnam con el agente naranja y napalm y en Colombia ha fumigado y vuelto a fumigar con glifosato.

El COVID 19 ha contagiado a casi 100 millones de personas en el mundo y en Colombia próximamente llegará a los dos millones, los muertos a nivel mundial pronto serán 2 millones y en Colombia van llegando a 50.000. El tratamiento del Gobierno ha sido indignante, las EPS mantienen al personal de salud tercerizado y/o sin salarios y a los hospitales en la insolvencia. El senador Jorge Robledo citó a un debate de control al ministro de salud, que pretende mantener en secreto las condiciones de los contratos de compra de las vacunas.  La Procuraduría han exigido que se den a conocer los contratos.

 La lucha contra la pandemia se prolonga en el tiempo y el espacio. Científicos y filósofos alertan sobre que volverán a aparecer pestes y pandemias que pueden poner en peligro la misma existencia de la especie, dominada por el culto del lucro presente, del justo a tiempo entronizado por el neoliberalismo e ignorante de la defensa de la sociedad y la naturaleza. Se requieren cambios profundos, eso nos lo está enseñando a un terrible precio la pandemia.

 

POR: Francisco Alfonso Torres Montealegre