EN DEFENSA DE ARAUCA Y SU SOCIEDAD DESDE LA TRANSFORMACIÓN POLÍTICO-CUTURAL.

2023-05-31-09:31:50 826

El degenero de la democracia y dirigencia política araucana se refleja en la carencia de proposiciones, argumentos y filosofías ideológicas, por el contrario, se caracteriza porque su principal fuente argumentativa recaiga sobre el desprestigio, el show mediático, la calumnia, maneras pedestres de ganarse la confianza y voluntad de la ciudadanía.

 Y es que definitivamente, Arauca no necesita líderes que fomenten la división en el territorio a través de actuaciones descabelladas e irresponsables con el objeto de generar réditos políticos y/o económicos. Por el contrario, requerimos de acciones, gestión y resultados, que estén encaminados al rescate de la moral pública, no una honra y rectitud retórica falaz que no tiene impacto alguno en la sociedad.

 

Todo esto nos lleva a replantearnos -aprovechando que se avecina una contienda electoral- sobre la responsabilidad que conlleva ejercer el derecho a elegir y ser elegidos, planteándonos la pregunta: “¿Qué es lo que quiero para Arauca?”, si es que el voto es una de las decisiones que mayor impacto tienen en el desarrollo de una sociedad. Allí se decide sobre el presente, pero también en cómo queremos que evolucione el lugar en donde nos formamos y muchos desearemos perecer, donde se encuentran nuestros seres queridos, nuestro trabajo, nuestras costumbres y nuestro folclore.

 

Como llaneros tenemos la obligación de defender las buenas costumbres y recuperar esos valores que nos caracterizan como sociedad, donde priman: la nobleza, el respeto, el valor, la confianza y la palabra. Entretanto, imploro a esa gente araucana vernácula y a aquellos que con sus manos llegaron de otras tierras a trabajar por el desarrollo de una tierra que promete prosperidad, a meditar muy bien sobre la responsabilidad democrática que tienen en sus manos y unirse en la transformación político-cultural que con urgencia requiere nuestro amado territorio, para retomar el rumbo hacia la libertad y la gloria desde la pulcritud, la grandeza y la razón.

 

¡Que apliquemos con orgullo aquel fragmento de nuestro himno municipal que reza: “De  sanas costumbres que preservaremos, puras como el alma de nuestro folclore”!